La formación del carácter
Me alegra encontrar artículos como este en el PDK. Creo que el talón de Aquiles de la formación de nuestro tiempo es la ausencia de palabras sólidas como carácter y virtud. Son elementos clave para la felicidad de la personas y, curiosamente, ausentes en los debates políticos. Alguno dirá, las habilidades no cognitivas van tomando importante, es cierto, pero la formación del carácter va más allá de lo no cognitivo. Efectivamente, se habla de educación en valores, pero como decía Manuel R. en una conferencia, el tema de valores, en la práctica no interesa a muchos, es “pa’ la foto, para el desfile o para un diploma en valores” como el que se hizo merecedor la escuela Columbine dos meses antes del trágico tiroteo en 1999.
En este artículo titulado: El objetivo de la educación: la educación del carácter, Shields de la universidad de Missouri, se pregunta “ ¿Qué objetivos debe orientar a los profesores y líderes de la educación a medida que desarrollan las prácticas y políticas para mejorar la calidad de la educación en nuestras escuelas?” (p.49) y responde “La educación debe desarrollar el carácter intelectual, moral, carácter cívico, y el carácter de rendimiento, junto con el carácter colectivo de la escuela” (p.49). El último, carácter en el rendimiento, hace referencia a habituar a la persona a dar lo mejor de sí, en todo momento, la excelencia, la areté de los griegos.
Vale la pena revisarlo, porque rescata lo más valioso de la formación humana, desde los griegos hasta el renacimiento, la formación de hábitos, de determinadas disposiciones que es necesario desarrollar en la persona para su desarrollo pleno.
Referencias
Shields, D. (2011). Character as the Aim of Education. Phi Delta Kappan, 92(8).
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