¿Por qué el toro olvida que fue becerro?
¿Por qué la máxima conocida y aceptada por todos
“trata a los demás como quieres que te traten a ti mismo” pasa, en muchos casos, al olvido o a una omisión voluntaria cuando
nos convertimos en gestores o asumimos ciertos cargos de liderazgo?
Todos la aceptan, pero cuando de aplicarla se trata, no se
cumple y nos volvemos irrespetuosos, no sabemos comprender a los demás, no
escuchamos, o no nos esforzamos en ponernos en el lugar del otro. Ojo, ser
profundamente
empático no se opone a ser profundamente decidido en lo que
se quiere hacer (por ejemplo: tener la prioridad
mejorar logros de aprendizaje en habilidades básicas).
¿Por qué una verdad tan obvia la redescubren hoy en día los
expertos en mejora de gestión de las organizaciones (Sutton, 2011) y en reformas educativas a gran escala (Fullan,
2011: Change Leader)?
Algunos ejemplos para comentar:
Mi mejor amigo es
profesor y me comentaba que le prohíben llevar
celular al colegio. “¿Qué?” le dije. A lo
que agregó que la dirección del colegio les da la facilidad de recibir llamadas
de emergencia al teléfono del colegio. Les comento que no sabía si reír o
llorar cuando me lo comentaba. El celular es una herramienta, hoy en día
omnipresente, tan necesaria y parte de la vida de las personas como una prenda
interior. Lo curioso es que este
colegio es uno de los más exitosos (económicamente hablando). Es uno, sino el
más caro de esa ciudad. Me pregunto, ¿A
ese director o promotor le gustaría que lo traten así? ¿Le gustaría, en pleno
siglo XXI, que le quiten su teléfono celular? Yo creo que no. Y entonces ¿por qué lo hacen?
Otro caso, en muchos colegios privados se les pide cosas alucinantes a los
profesores. Como que vengan sábados,
domingos a capacitaciones, jornadas de trabajo, retiros, a ayudar en eventos, infinidad
de papeleos, que en la práctica llevan a
que trabajen más de 10 o 12 horas al
día, (obviamente, muchas en su casa). Me pregunto, ¿la promotora o directora, se
aplicaría a ella misma esas condiciones laborales si fuera docente?
En gobiernos
regionales o locales, que hoy en
día en el Perú tienen más financiamiento, muchos docentes llevan capacitaciones días de semana y fines
de semana. He conocido profesores que estaban en 5 cursos a la vez (de computación,
de Inglés, de mejora de la enseñanza, de su maestría y cursos de liderazgo
directivo). Alguna vez visité a un
director de colegio que por tener tantas capacitaciones estaba en el colegio un día de la
semana . Me pregunto ¿Al líder educativo
de ese distrito, región o país le gustaría que lo hagan ir a estudiar de esa
manera, renunciando, muchas veces, a estar con su familia o a un merecido
descanso? Sin hablar de la efectividad en los aprendizajes de las
capacitaciones que se hacen fuera de la escuela y del aula
(descontextualizadas).
En estos casos supongo que los tomadores de decisión dirían
que no, quiero creer que solo en casos
masoquistas dirían que les gustaría que los traten mal y que los lleven al
borde del desgaste físico, intelectual y
emocional.
Quizá, ensayo una respuesta a la pregunta inicial, es que lo
que se está descubriendo hoy en día es la relación entre el buen trato al
empleado y el éxito de la organización. Quizá allí está el aporte del redescubrimiento
de una vieja máxima de la cultura occidental: trata a los demás como quieres
que te traten a ti.