Cómo verificar la calidad de la educación recibida?
En un panel al que fui invitado hacer unos meses en TV Perú,
el moderador del panel nos comentaba
fuera de cámaras lo importante que es ,
a su parecer , realizar exámenes nacionales
para todos al finalizar los estudios básicos. Nos compartía su experiencia frustrante
de evaluar personas de buenas
universidades, pero poco útiles en realidad. Como se puede ver son dos problemas distintos
que se planteaba. Esta vez solo me quedaré en el primero.
Los exámenes de
estado
Los exámenes de estado, como se les llama a las evaluaciones aplicadas a todos los jóvenes al finalizar su educación básica obligatoria, se han
proliferado en el mundo de hoy. En esencia son intentos del estado por asegurar
la calidad de la formación o verificar la calidad de la educación recibida. Pero,
si nos fijamos bien, es en el fondo una manifestación de la desconfianza o del
fracaso de la escuela en su misión homogeneizadora de las habilidades básicas para
todos. Un mensaje implícito es que la escuela no logra ofrecer a todos las
mismas oportunidades para aprender por lo tanto la certificación que emite no
tiene validez, por ello hay que tomar un examen nacional para verificar si es
que los chicos saben o no.
¿Son solución o no?
En mi opinión son un dato y debiera ser considerado como
ello. Porque si no preguntémonos ¿qué pasaría si un niño es evaluado
negativamente en un examen de estado y ha tenido méritos en la escuela primaria
y secundaria? Alguien está engañando a
alguien.
O quizá son diversas perspectivas. La evaluación interna que
realiza en el aula cada docente y cada escuela no se opone a la evaluación
externa o verificación que realiza el estado con un examen de conocimientos y
habilidades con una prueba de papel y lápiz.
Debieran ser complementarias.
Por ello la utilización del portafolio de competencias en el
colegio junto con iniciativas como Turangking en
Chile , que recoge los promedios de una persona en su educación y la compara
con las últimas 3 generaciones de su misma escuela terminan siendo elementos
que contribuyen a una evaluación justa o equitativa. Nunca es bueno ofrecer el
monopolio de la evaluación a un solo ente. En el caso chileno la PSU.
Ver En torno a la PSU: Innovaciones y Críticas