Entre la zona de confort y la zona de aprendizaje
Richard Elmore, de la facultad de educación de Harvard, explica que es muy difícil de cambiar las prácticas docentes, puesto que los docentes tienen una zona de confort de la que le cuesta salir. La zona de confort son sus prácticas aprendidas, aquellas que ya se han hecho rutina, aunque no sean eficaces para el aprendizaje de los estudiantes. Por lo que el trabajo de los directivos es abrazar al docente y con delicadeza empujarlo de su zona de confort a su zona de aprendizaje. Dado que estar en la zona de aprendizaje genera inseguridad, los directivos deben apoyar y alentar a los docentes en este proceso, hasta que la buena práctica se vuelva rutina y pase a constituirse en zona de confort y así sucesivamente, es un bucle de mejora continua profesional.
Este video explica estas ideas de manera muy clara y cómo ir saliendo de la zona de confort para ser una mejor persona y un mejor profesional, porque no estamos escindidos, somo uno solo al trabajar, pensar, sentir y actuar.
Vale la pena verlo.