Las políticas correctas para cambiar el sistema educativo
En su último libro, The Drivers , Michael Fullan y Joanne Quinn ofrecen un marco de acción para el diseño e implementación de políticas educativas que favorezcan la transformación de la sociedad por medio de la escuela. El título completo es “Los impulsores: transformando el aprendizaje para estudiantes, escuelas y sistemas”. En este artículo intento realizar un análisis del libro engranándolo en la producción intelectual de Fullan en los últimos años.
A lo largo de los años Fullan ha ido madurando su reflexión acerca de los elementos clave para la transformación del sistema. En la tabla 1 se puede ver la evolución de los impulsores propuestos por Fullan en la última década.
2011 | 2015 | 2021 |
---|---|---|
Sistemidad | Dirección enfocada | Sistemidad |
Colaboración | Culturas colaborativa | Inteligencia social y de la máquina |
Pedagogía | Aprendizaje en profundidad | Bienestar y aprendizaje |
Desarrollo de capacidades para resultados | Rendición de cuentas | Inversiones en igualdad y equidad |
En el año 2011 esbozó en “La elección de impulsores incorrectos para la reforma del sistema completo” (Fullan, 2011) los impulsores incorrectos versus los correctos para el cambio del sistema. Los impulsores incorrectos son aquellas políticas educativas que empeoraban las cosas y frente ellos contraponía aquellas que pueden contribuir para la mejora de los aprendizajes. Los impulsores incorrectos eran: 1) la rendición de cuentas punitiva, 2) las estrategias de desarrollo individualistas, 3) la tecnología y 4) las políticas ad hoc y las fuerzas correctas eran: 1) desarrollo de capacidades, 2) colaboración, 3) pedagogía y 4) la sistemidad. Los impulsores incorrectos no son malos en sí mismos, sino cuando tienen una predominancia sobre las otras políticas. Por ejemplo, no está mal implementar tecnologías en las escuelas, pero si esto se realiza sin un desarrollo del capital profesional docente y un enfoque en el aprendizaje profundo termina siendo un distractor y reforzando la vieja pedagogía. Como en el caso de la instalación de proyectores multimedia en los salones de clases para que algunos docentes cambien el dictado en pizarra por el dictado en la pantalla.
> Tus acciones hablan tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices
“Tus acciones hablan tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices” sintetiza lo que significa la coherencia sistémica. Es decir, todos los actores de un sistema tiene una comprensión compartida profunda de la naturaleza del trabajo que se expresa en sus acciones. El 2015 propone el marco de Coherencia sistémica como un marco de acción para movilizar al sistema (Fullan y Quinn, 2015). Este marco incluye las fuerzas correctas del 2011, pero con una expresión accionable en cuatro dimensiones. Las dimensiones son 1) Una dirección enfocada, 2) Cultivo de culturas de colaboración, 2) Aprendizaje en profundidad y 4) Aseguramiento de la rendición de cuentas (Ver tabla 1). Según el autor este marco también era imperfecto porque “las ideas no fueron lo suficientemente amplias o profundas para el cambio del sistema” (2021). En lo personal, me parece un gran aporte, puesto que era un fruto maduro después de 40 años de reflexión y asesoría de Fullan a sistemas educativo de todo el mundo. Su primer libro en mejora escolar, “El significado del cambio educativo” publicado en el año 1982 por la universidad de Columbia (Fullan, 1982) marcaría un hito en la investigación en la transformación de escuelas, pero es en el año 2003 donde inicia con fuerza la ciencia del cambio de sistemas en “Los nuevos significados del cambio educativo” (Fullan 2007) donde analiza la reforma de Tony Blair y el inicio de la reforma de Ontario.
Además, nos sirvió, a mi equipo y a mí, para poder asesorar el trabajo de las Unidades de Gestión Educativa Local y direcciones regionales de educación y al Ministerio de Educación. Les ofrecimos herramientas concretas como la estrategia de las 3R para enfrentar la sobrecarga, fragmentación e iniciativitis que lo único que hace es frustrar y paralizar al sistema.
Luego, en el 2021, desarrolló “Los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema” (Fullan, 2021). Según el autor, la constelación de los impulsores correctos era todavía imperfecta por que “no representaban una teoría coherente”, y “nunca fueron lo suficientemente completos como para influir en la creciente complejidad de la sociedad en el siglo XXI; nunca fueron lo suficientemente fuertes como para afectar la desigualdad, que es endémica al sistema al que hemos llegado” (2021, p. 23). Es decir, todavía había que discernir mejor sobre las mejores políticas para cambiar el sistema.
Es así, que a fines del 2023 publica junto con Joanne Quinn “Los impulsores. Transformar el aprendizaje para estudiantes, escuelas y sistemas” (2024). En este ofrece una perspectiva profunda y sustentada de los cuatro impulsores del 2021, pero la novedad está en que añade ejemplos concretos de cambios sistémicos que ya están ocurriendo a nivel de redes de escuelas como la Asociación de Escuelas Independientes de Nueva Gales del Sur, los cambios en el distrito de Anaheim en California, transformaciones en provincias como Ottawa en Canadá y mejoras sistémicas en países como Uruguay.
En lo personal, los impulsores correctos me han desafiado a ampliar mi mirada respecto a los desafíos de la transformación y la urgencia de aplicación de los mismos. He venido acompañando junto a mi equipo en la transformación de escuelas usando el marco de coherencia desde el año 2017 junto con otras ideas de expertos en cambio de sistemas. En el 2018 bajo la asesoría directa del equipo de Fullan, de manera especial agradezco el tiempo de Eleanor Adam en asesorarnos para aplicar el marco y sus protocolos (Fullan, Quinn & Adam, 2016), nos ejercitamos en aplicar en escuelas y UGEL (Barrientos, 2019). Los directores valoraron las herramientas que les ofrecimos para tener una dirección enfocada como la creación de un “plan de 1 página” y el “plan a 100 días”, como herramientas sintéticas y complementarias a los documentos de planificación oficiales en el Perú como el Proyecto Educativo Institucional (de naturaleza quinquenal) y el Plan Anual de Trabajo (PAT).
Inversiones en igualdad y equidad
Los nuevos impulsores propuestos por Fullan son desafiantes y porque invitan a los líderes de sistema a no mirar solamente la transformación académica o de bienestar. Este último ha sido introducido en las políticas públicas, pero aún no es considerado como prioritario o no saben como aplicarlo correctamente los sistemas educativos, porque las culturas escolares están centradas en el cumplimiento curricular. Son desafiantes porque proponen que la escuela se convierta en un laboratorio de transformación social efectiva. Es decir, escuela eficaz sería aquella que transforma su entorno y hace que los estudiantes sean protagonistas de esta transformación.
Además, es aquella que traza entre sus prioridades la desaparición de desigualdades como la pobreza. De esta manera la escuela se constituye en un puente entre personas e instituciones y en un creador de un ecosistema para el desarrollo de la equidad para todos sus estudiantes. Y se garantice de esta manera una igualdad de oportunidades. La escuela se convierte en un puente entre los diversos interesados e involucrados en el bienestar y desarrollo del estudiante y de su familia. En el caso peruano ello ocurriría con acciones tan simples como la coordinación entre la UGEL, Ministerio de la Producción para el tema de emprendimiento, Ministero de Trabajo para la empleabilidad de los jóvenes, Ministerio de Inclusión y Desarrollo Social (MIDIS) para el tema de la inserción e inclusión de los jóvenes, Ministerio Público, para acciones de defensa de los estudiantes en casos de abandono o abuso, alcaldías municipales y comunidad en general. En el caso de las UGEL de zona rural, como Paruro, se incluiría al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI), dado que la mayoría de padres se dedica al comercio y desarrollo agrícola y el Perú rural está pasando por un despoblamiento por mayores oportunidades en las capitales de regiones.
Un ejemplo de cambios simples, pero importantes que es necesario hacer para no perpetuar el ciclo de la pobreza y la migración en zonas rurales, es facilitar el acceso jóvenes de 16 años egresados de secundaria a financiamientos del estado. Existen fondos del estado para postular a pequeños financiamiento para emprendedores o iniciativas agrícolas que tienen como edad mínima para postular 18 años. Muchos jóvenes de escuelas que fomentan el emprendimiento como los CRFA o escuelas técnicas terminarán a los 16 años con proyectos muy buenos para ser aplicados en la realidad y generar ingresos y al no tener apoyo del estado para sus ideas abandonan dichas iniciativas.
Una idea inspiradora que propone el autor con argumentos sólidos es que la escuela es el único espacio donde se puede realizar una transformación social efectiva. En ese sentido, la escuela se convierte en el último bastión de esperanza para la humanidad. La escuela es el único lugar donde se tiene a millones de ciudadanos por cerca 14 años para que puedan desarrollar habilidades para la vida como conocerse a sí mismos, cuidar a los demás, transformar el mundo y aprender a adaptarse a un mundo cambiante.
Todos somos sistema, todos podemos aportar
La sistemidad es un impulsor que me ha tomado tiempo comprender. En esencia significa que todos somos parte del sistema, por lo que todos podemos influir en su cambio y también, sistemidad es ser consciente del lugar que se tiene en el sistema y cuáles son esos otros elementos o niveles del mismo y cómo interactúan, para, de esta manera, poder actuar de manera efectiva en su movilización.
En síntesis, Fullan siempre nos cuestiona y nos invita a no dejar de creer que el cambio de la sociedad y mejora de la humanidad es posible. Otro elemento importante de su pensamiento es siempre guiarse de la mejor evidencia y no de la ocurrencia para tomar decisiones en las políticas públicas.
Conclusiones
Michael Fullan y Joanne Quinn, en su obra más reciente, nos retan a repensar la transformación educativa, destacando la importancia de la coherencia sistémica, la equidad y la igualdad en la acción. Proponen un enfoque integral donde la escuela es vista como un laboratorio para la transformación social, enfatizando la necesidad de abordar la desigualdad y de fomentar la colaboración entre diversos actores del sistema educativo. Su enfoque subraya la relevancia de la autoconsciencia dentro del sistema y la utilización de evidencia sólida para guiar las políticas públicas, ofreciendo un camino prometedor hacia una sociedad más igualitaria y una educación más efectiva.
Referencias
Barrientos, R. (2020). Coherencia sistémica en escuelas y UGEL: Implementación del proyecto Comunidades de Aprendizaje en el año 2019. Educationis Momentum, 1(2).
Fullan, M. (1982). The meaning of educational change. Teachers College, Columbia University.
Fullan, M. (2007). The new meaning of educational change (4th ed., Vol. 4th). Teachers College Press.
Fullan, M. (2011). Choosing the wrong drivers for whole system reform. Center for Strategic Education.
Fullan, M., & Quinn, J. (2015). Coherence: The Right Drivers in Action for Schools, Districts, and Systems. Corwin Press.
Fullan, M., Quinn, J., & Adam, E. (2016). The Taking Action Guide to Building Coherence in Schools, Districts, and Systems. Corwin Press.
Fullan, M. (2021). Los impulsores correctos para el éxito de todo el sistema. Center for Strategic Education.
Fullan, M., & Quinn, J. (2024). The Drivers: Transforming Learning for Students, Schools, and Systems. Corwin Press.
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