Las dos semanas que podrían transformar la educación peruana: Una oportunidad para la eficacia colectiva
Como educador y colaborador de varias UGEL, he observado con especial interés la decisión del gobierno de iniciar las clases el 17 de marzo este año. Esta medida, que añade una semana adicional al período de gestión habitual de inicio de año, ha generado controversia en diferentes sectores educativos. Los críticos argumentan que será una semana más perdida para los estudiantes al retrasar el inicio de clases, una preocupación comprensible desde la perspectiva de las familias. Sin embargo, esta semana adicional, bien aprovechada, podría representar una oportunidad única para fortalecer algo fundamental: el poder transformador del trabajo colectivo docente en nuestras escuelas.
El Poder Probado de la Eficacia Colectiva
La investigación educativa ha demostrado consistentemente que el trabajo colectivo puede transformar escuelas enteras. En los años setenta, el psicólogo Albert Bandura descubrió algo fascinante mientras observaba equipos docentes: existía una correlación significativa entre la autoconfianza colectiva de estos equipos y sus resultados. Acuñó el término “eficacia colectiva” para describir “la creencia compartida grupal de su capacidad conjunta de organizar y ejecutar el curso de acción requerido para producir los niveles dados de logro” (1999, p. 34).
Los investigadores Donoho, Eells & Hattie (2018) confirmaron el poder transformador de este concepto al descubrir que la eficacia colectiva tiene un impacto tres veces mayor en la mejora de aprendizajes que factores tradicionalmente considerados cruciales, como la motivación del estudiante o el nivel socioeconómico (Ver figura 1). La evidencia es clara: cuando los docentes confían en su capacidad colectiva, logran superar incluso las barreras más desafiantes.
La Norma Técnica RM 556 2024: Oportunidades y Desafíos
La norma técnica RM 556 2024 presenta aspectos tanto prometedores como preocupantes. La decisión de priorizar el bienestar socioemocional y la educación inclusiva merece reconocimiento, especialmente considerando los desafíos post-pandemia que enfrentan nuestros estudiantes. Sin embargo, existe una preocupante desconexión entre estas prioridades declaradas y las acciones concretas: mientras la norma enfatiza el bienestar socioemocional y la salud mental, a la fecha no se ha planificado la contratación de psicólogos, profesionales indispensables en las escuelas. Esta situación contrasta con años anteriores, donde para estas fechas ya se contaba con presupuestos claros para estos profesionales, generando inquietud sobre cómo se materializarán estas prioridades sin los recursos humanos necesarios.
Sin embargo, la implementación presenta desafíos significativos. La norma 556 define la semana de gestión como un “período destinado al trabajo colegiado o individual del personal de la institución… Ello implica la participación continua en la elaboración, actualización, implementación y evaluación colectiva de los Instrumentos de Gestión”. A pesar de esta definición prometedora, existe un riesgo real de que estos instrumentos de gestión, que deberían ser documentos vivos que guían la acción educativa, se conviertan en meros requisitos burocráticos sin impacto real en las aulas.
La Paradoja del Trabajo Colectivo
La docencia ha sido históricamente una profesión solitaria. Pedirle a un docente que trabaje en equipo sin preparación previa es como pedirle a un tenista experimentado que juegue fútbol profesional sin entrenamiento. En 2015, el establecimiento de horas de trabajo colegiado fue un paso importante, pero pronto se hizo evidente una carencia fundamental: la capacitación en trabajo colaborativo efectivo.
El trabajo colectivo eficaz requiere habilidades específicas que no surgen espontáneamente: capacidad para debatir constructivamente, establecer objetivos claros, desarrollar estrategias compartidas y mantener sistemas de retroalimentación mutua. Más allá de estas habilidades técnicas, demanda una rigurosa disciplina tanto personal como institucional para mantenerse enfocado en las prioridades establecidas, resistiendo la tentación de dispersarse en los múltiples distractores que surgen en el día a día escolar. Este enfoque debe acompañarse de una cadencia de responsabilidad: un ritmo sistemático de reuniones, reportes y evaluaciones donde cada miembro del equipo rinde cuentas sobre sus compromisos y avances. Sin entrenamiento en estas habilidades y sin el desarrollo de esta disciplina colectiva, las horas de trabajo colegiado pueden convertirse en tiempo perdido.
El Rol Crucial de las UGEL
La realidad actual de las UGEL presenta un problema crítico: estas unidades, que deberían ser el pilar fundamental en la formación de directores y equipos docentes, están sobrecargadas con tareas que las alejan de su verdadera misión. En estos momentos, los especialistas se encuentran atrapados en procesos de adjudicación docente, asumiendo funciones propias de recursos humanos para las cuales no están preparados, junto con los directores de escuelas, lo cual resulta desgastante para ambos. Para agravar la situación, muchos de estos especialistas todavía están sometidos a sus propios procesos de evaluación de desempeño por algunas semanas más. Esta combinación de roles administrativos impuestos y evaluaciones pendientes hace prácticamente imposible que encuentren el espacio necesario para diseñar estrategias de acompañamiento para las escuelas de sus territorios.
El enfoque que proponemos en este artículo será implementado en nuestras UGEL aliadas, donde esperamos lograr mejoras significativas en el aprovechamiento de estas semanas de gestión. Sin embargo, el Perú tiene más de 220 UGEL, y todas ellas necesitan apoyo urgente. No basta con que algunas UGEL mejoren; se requiere una intervención decidida del gobierno central y los gobiernos regionales para llevar estas mejoras a escala nacional.
Hacia una Implementación Efectiva
La experiencia y evidencia sugieren acciones concretas en tres niveles:
A nivel ministerial:
- Rediseñar el rol de las UGEL, liberándolas de cargas administrativas excesivas
- Crear un fondo específico para el desarrollo de capacidades en trabajo colaborativo
- Establecer un sistema de acompañamiento y monitoreo del trabajo colegiado
A nivel UGEL:
- Priorizar la formación de directores en liderazgo de equipos
- Facilitar espacios para el intercambio de buenas prácticas entre escuelas, especialmente el compartir y analizar las rutas de trabajo de la semana de gestión. Estas rutas no deberían ser enviadas para una revisión burocrática por especialistas ya sobrecargados, sino compartidas entre directivos para fomentar el aprendizaje entre pares. Este sistema de retroalimentación horizontal permitiría que las escuelas aprendan unas de otras sobre diseños efectivos de la semana de gestión
- Desarrollar herramientas y protocolos para el trabajo colaborativo efectivo. Si bien el MINEDU cuenta con el documento “Orientaciones para las Semanas de Gestión”, este resulta insuficiente para las necesidades actuales. El desarrollo de la autoeficacia colectiva requiere más que manuales: necesita acciones concretas y sostenidas. No obstante, sería valioso complementar las acciones con guías específicas que detallen el proceso de desarrollo de la eficacia colectiva, con protocolos prácticos y ejemplos concretos de implementación exitosa
A nivel escuela:
- Implementar sistemas de planificación colaborativa con objetivos claros
- Establecer rutinas de retroalimentación entre docentes
- Crear y proteger espacios dedicados al trabajo en equipo
Conclusión: Una Llamada a la Acción
La semana adicional de gestión (sumada a la semana habitual de inicio de año) representa una oportunidad única para transformar nuestra cultura escolar. La experiencia con UGEL aliadas demuestra que el cambio es posible cuando se combina el compromiso local con el apoyo sistemático.
La eficacia colectiva no es solo una teoría académica; es una realidad transformadora que funciona en nuestras escuelas. Tenemos la evidencia científica que respalda su impacto y conocemos los elementos necesarios para su desarrollo. Como comunidad educativa, tenemos la responsabilidad de aprovechar esta oportunidad para hacer de estas dos semanas un verdadero punto de inflexión en la educación peruana.
Referencias
Bandura, Albert, Freeman, W. H., & Lightsey, R. (1999). Self-efficacy: The exercise of control. Journal of Cognitive Psychotherapy, 13(2), 158–166.
Donohoo, J., Hattie, J., & Eells, R. (2018). El power of collective efficacy. Educational Leadership. https://www.ascd.org/el/articles/the-power-of-collective-efficacy
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